Un cantaor de otro tiempo


Discos Flamencos
Perico el Pañero
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Antonio Nieto Viso


La Sociedad del Cante Grande de Algeciras es uno de los templos del flamenco al sur del sur. En esta bella e histórica ciudad, que tanto se quiere a este arte, vino al mundo el mejor guitarrista de todos los tiempos, el irrepetible Paco de Lucía, del que pronto se cumplirá el primer aniversario en que nos dejó para siempre.


Mi buen amigo y mejor persona que es José Luis Vargas Quirós, presidente de la prestigiosa peña Sociedad del Cante Grande, me ha regalado un interesante Cd. recogido a pie de tajo en el que están contenidos veintitrés cortes que fueron grabados el 21 de Marzo de 2014 dentro de un ensayo por el cantaor Perico el Pañero, que estuvo acompañado por la guitarra de José de Pura, como testigos de excepción las personas que completaron el aforo de la peña, y que le dieron todo su calor.

Antes de entrar en materia, quiero aportar algunas referencias biográficas de Perico el Pañero, un cantaor de otro tiempo que podríamos situar a principios del pasado siglo. Su cante produce escalofrío cuando lo escuchas, son unas sensaciones que ya creíamos olvidadas por el paso del tiempo, las telarañas se apartan cuando su forma de cantar te llena por completo para recordarte lo vivido desde nuestros inicios como seguidores de lo bueno y genuino, para muchos, como es mi caso, con más de cincuenta años de audiciones a mis espaldas.

Pedro Lérida Cortés, artísticamente Perico el Pañero, es un magnifico cantaor gitano que nació en Algeciras el 22 de Octubre de 1974, por lo tanto tiene 41 años de edad, la misma que le ha permitido encontrar y vivir todas las vicisitudes de la vida para exponer sonoramente como pocos los cantes más añejos, muchos son auténticas joyas que se conservan en las placas de pizarra y discos de vinilo, que son sus fuentes de inspiración, ya que él no tuvo ocasión de escuchar personalmente a aquellos maestros, y que en parte podemos revivir en este Cd. que el amigo Vargas me ha remitido para que lo disfrute, y de paso ponernos en guardia para cuando sea posible saque al mercado esta tradición familiar que espero que sea pronto por el bien del arte flamenco.

El Pañero, nombre artístico por el que es conocido, le viene de su abuelo que vendía paños, luego lo continuó su padre, y así hasta llegar a sus descendientes, por eso recibió en herencia este arte de sonidos puros con ecos de grandes creadores y recreadores, como Manuel Torre, en el que se apoya para decir el cante seguiriyero, que es de lo mejor que le podemos escuchar, ya que sabe transmitir lo que el gran Manuel nos dejó en sus grabaciones. Con estos ancestros familiares de Perico, y las influencias recibidas de los buenos cantaores del Campo de Gibraltar elabora su forma única de cantar ante los selectos grupos de aficionados.

Es de justicia destacar a su guitarrista en este trabajo, se trata de José de Pura, que está dotado de un toque apto para seguir musicalmente al cantaor sin molestarle para nada, y que se deleita cuando está a gusto. En ciertos pasajes me ha recordado a Diego del Gastor, figura que acompañó a los grandes de su tiempo, el último seguidor del toque de mi paisano el Niño de Lucena, que vivió entre 1835 y 1898.

Como buen gitano, su compás es cabal para que el oyente se identifique plenamente con el flamenco del siglo XXI, pero que está anclado, insisto, en otro tiempo, o literariamente hablando se paró en los años treinta de ese gran periodo histórico en que vivió Manuel Torre, y posteriormente La Niña de los Peines y Juan Talega, que suena lejanamente, pero perceptible.

En el primer corte de este excepcional documento ensayo grabado en directo, escuchamos a lo largo de ocho minutos una selección de cantes por soleá de Triana al estilo de la Andonda, así como el estilo de Alcalá en la versión de Tomás Pabón, y en algunos tercios nos recuerda a Juan Talega y a Manolito María.

Insuperables son sus cantiñas de la Niña de los Peines, la misma línea que luego siguió su primo el inolvidable Antonio Mairena. Con la mente puesta en el maestro de los alcores nos ofrece una liviana de introducción para seguir con las soleares de Triana, tan cuadrado de compás que le podría seguir perfectamente una orquesta sinfónica. Suenan también estilos alcalaínos que creó Joaquín el de la Paula.

Las bulerías son de una exquisita exposición sonora que nos pone sobre la pista de las maneras jerezanas y de Lebrija, tan buenas son que nos guastaría que no se terminaran nunca.

Les digo y les reitero, que Perico destaca en seguiriyas, sabe transmitir la cruda realidad de la vida para recordarnos que somos mortales. El sentimiento, la incertidumbre y el dolor por nuestros seres queridos que nos dejaron salen a colación con las formas manueltorrera y de Cagancho, a los que honra con la cabal de Los Puertos, para más adelante, siguiendo la seguiriya remate con la cabal de Juanichi el Manijero. En otros tercios de este sentido nos trae a la memoria a María Borrico.

Este obsequio que no tiene precio, se cierra con una serie de malagueñas del Mellizo en distintas cadencias y tonos ensayados hasta conseguir la entonación perfecta y exacta para la interpretación.

Espero que Perico el Pañero vuelva a cantar en la Sociedad del Cante Grande de Algeciras, y que me avisen para desplazarme hasta allí para sentir un flamenco que ya creíamos perdido, esas emociones son las que de verdad hacen a los buenos aficionados.